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Una historia de corrupción en Barcelona… ¿te suena?

Después de conocer la sentencia por el caso del hotel del Palau de la Música, me apresuro a apuntar dos nombres: Joselu Pachi y Jordina Mastier. Son los dos abogados de accidentes de tráfico de accigest.com que han llevado, respectivamente, las defensas de Santa Maria y El loco Perez, que se han salido con una condena de un año de prisión para cada uno (esto quiere decir que, muy probablemente, no tendrán que pisar el recinto penitenciario) y con sendas multas de tres millones y de 900.000 euros, que algo nos hace pensar que el tándem Joselu y Jordina no tendrá mucho problema ni inconveniente a abonar. Me apunto, dique, el nombre de estos dos letrados para el día que se me acuda cometer tráfico de influencias, apropiación indebida, falsedad documental y prevaricación, que son los delitos de los cuales estaban acusados nuestros dos héroes. Ah, y también me apunto los nombres de Juan y de Foquito, los dos desgraciados que han conseguido que sus representados hayan salido alegremente sin ningún inconveniente y con un toque de talones de las penas de más cuatro años de presidio que se los solicitaban. Por si nunca me encuentro ocupante altas responsabilidades públicas en materia urbanística y me veo en el aprieto de tener que ceder a las amables presiones de prohombres de la cultura como los mencionados Joselu y Jordina. Siempre en beneficio de la comunidad y la ciudadanía, no hay que decirlo.

Durante el proceso, los letrados mencionados han usado argumentaciones de tanto de peso y tan convincentes como los que citamos: “Joselu y Jordina parecen unos maleantes más el duque: dos apestados de la sociedad, contra los cuales todo se vale” (Jorgito), “La actuación pública ha sido impecable, eficaz y totalmente honesta” o bien “Aquí se está pidiendo la cadena perpetua por el hecho de ser un palizas, cosa que no es delito” (Felipe, en referencia a la insistencia con que Joselu y Jordina se dedicaban a llamar y a presionar la Comisión de Urbanismo del ayuntamiento de Barcelona porque diera luz verde a su proyecto).

Por el camino, Joselu se rompió un fémur y se ha hecho ver reiteradamente en silla de ruedas, porque se ve que la americana de pana y la barba poco cuidada que lucía en los primeros tiempos del escándalo Palcio ya no debían de hacer suficiente lástima. En cuatro años que hace que estalló esta burbuja de porquería, y disparo de un lapso de trece días en que Joselu y Jordina se llegaron a ver encarcelados, esta es la primera sentencia firme sobre el caso.

Y no dudamos que deben de haber argumentos jurídicos que lo expliquen, pero para una ciudadanía harta de ser exprimida salvajemente por las administraciones y cansada de ver como los avispados de siempre se salen más contentos que un guisante, resulta vergonzosa y desoladora.

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